Ay el rumor! Es uno de los mayores objetos de deseo entre la comunidad financiera. Se dice que en la bolsa se mercadean rumores. Se compran insinuaciones sobre lo que puede hacer en “aquella empresa” y qué va a suceder “con la otra”. El verdadero regalo financiero nace de aquellos datos que aún no se han incorporado en las cotizaciones.
Como dicen los profesionales, si los rumores corresponden a hechos “materiales y relevantes”, nos harán ricos. Pero también los hay de otro tipo: Invenciones, fanfarronerías de gente aburrida o simples anécdotas, que nos intentan colar como información privilegiada. Si nos creemos todas estas “habladurías”, nos arruinan.
Esto es lo que me sucedió con Portugal Telecom.
Me dijeron que comprara
En la actualidad, el principal mercado de rumores lo encontramos en Twitter. Hay millones de cuentas en esta plataforma que publican ingentes cantidades de datos financieros (y rumores) por segundo. Es como el bar de la esquina o la peluquería, dónde se mezclan estudiantes, inversores pudientes o, incluso, millonarios aburridos.
Kostolany y Jesse Livermore recogían rumores al vuelo, en los halls de los grandes hoteles dónde se hospedaban. Ahora, en cambio, estarían pendientes de su feed de Twitter, al acecho de cualquier comentario que afectara una acción. En mi caso, en 2014 tuve un romance particular con distintas cuentas que vomitaban “datos privilegiados”.
Esta experiencia tuvo un tempo muy interesante. Mi búsqueda de rumores coincidió con la caída de una smallcap llamada Gowex. A esta historia ya le dedicaré un post entero, otro día. De momento solo comentaré que Gowex levantó un gran revuelo en las redes, como negocio de éxito. En ellas, todos sus movimientos se vivían intensamente.
Pero, las plataformas se comportaron con la misma pasión, cuando se descubrió que Gowex era un fraude. Incluso su consejero delegado Jenaro García hizo partícipe a la red, cuando anunció su dimisión en Twitter (a las 5 de la madrugada de un domingo).
A mediados de julio de 2014, parecía que todo la comunidad inversora española seguía este culebrón. Entonces, fue cuando surgieron algunos perfiles virtuales que aseguraron aquello de “yo ya lo sabía”. Eran los profetas a tiempo pasado. Incluso habían escrito “tesis bajistas”, vaticinando este desenlace. La cuenta más conocida se llamaba “Red Investment”.
Algo pasaba en Portugal Telecom
“Red Investment” era una cuenta de Twitter que llevaba tiempo vomitando datos y teorías de la conspiración. En el caso de Gowex, demostró que sus tesis eran ciertas. La clavó. Por esto, a partir de este momento, sus comentarios merecían toda mi atención. Y, como estaba sediento de ideas de inversión, me fijé en la recomendación de este perfil en otra compañía: Portugal Telecom.
Según este perfil, esta compañía de telecomunicaciones portuguesa estaba en manos de grandes fondos de inversión y empresas que no se sentían cómodas con ella. Por esta razón, estaba “Red Investment” aseguraba que se estaba preparando una gran adquisición. Esto propulsaría su cotización hasta niveles estratosféricos y si no estabas allí, te arrepentirías. Ya te habían avisado.
Si habéis leído mis anteriores aventuras, podréis adivinar lo que sucedió rápidamente. Por supuesto, invertí! Me metí de lleno en las acciones de Portugal Telecom, sabiendo solo dos verdades alrededor de esta compañía:
Era una inversión recomendada por “Red Investment”
La empresa sería adquirida por otro rival mucho más grande. Se trataba de un rumor, en toda regla.
Si bien no tenía demasiado clara la tesis detrás de esta inversión, lo que si me di cuenta es que muchas más personas se apuntaron al carro. Esto alentaba la cuenta de “Red Investment”, que cada día vomitaba más mensajes que intentaban confirmar mi teoría: “Si hoy cae, es porqué los inversores se están tomando un tiempo antes del gran final”, “Si hoy sube, es que el mercado está a punto para lo que pueda suceder”.
A pesar de estos mensajes de ánimo, la cotización de Portugal Telecom se hundió. Aquello de la subida estratosférica, cada vez quedaba más lejos. Y, otros inversores como yo, empezamos a alimentar las dudas; tanto sobre “Red Investment” como alrededor de los famosos rumores del grupo de telecomunicaciones.
Debo decir que este perfil misterioso de Twitter no era muy amigable de las voces disonantes con su teoría. No daba pie a la discusión. Dado que cualquier persona que le llevaba la contraria, acababa bloqueado.
La inversión que recomendó me quemaba como un pan caliente, acabado de salir del horno. Vaya con el gurú de los rumores! Aquél seguía caldeando el ambiente y yo no tenía ni idea de qué hacer con ella. Y mucho menos cuando pasó de 1,788 euros por título a 1. Un rendimiento negativo de -44% en menos de tres meses.
Al final, decidí vender las Portugal Telecom. Pues ya estaba harto de tantos comentarios de “gargantas profundas” que decían saber mucho más que cualquier hijo de vecino.
Las pérdidas no fueron lo peor de esta inversión. A los pocos días Altice anunció la adquisición de Portugal Telecom por cuatro duros. De haber aguantado mi apuesta, no habría ni recuperado el capital inicial. Entonces fue cuando los que se habían enganchado más que yo en aquella situación, se cabrearon de verdad.
Pero el perfil de “Red Investment” ni siquiera presentó batalla. Como se dice en el argot de las citas por Internet, hizo un “ghosting”. Su perfil, su logo, y todo lo que le seguía, ser borraron del hiperespacio, rápidamente. Y nunca más se supo de él o de ella.
Con los años, he visto aparecer más y más cuentas de Twitter, con nombres como “Maria la inversora” o “John Trader”, que me recuerdan a “Red Investment”. Son aspersores de rumores, siempre anunciando sus últimas inversiones y grandes éxitos: “mira lo qué he ganado con Garrafón Corporation”, “invierte en esta Biotech, porqué de aquí cuatro días el aprobaran la fase 2 de tal investigación…”. Como si fueran los jefes de todos estos negocios!
Aunque nunca he descubierto cuál es el beneficio de hacer semejante chorrada, si que he visto sus efectos: como encandilan a grupos de inversores, con sus cantos de sirena. Al cabo de poco tiempo, llegan las decepciones, los enfados y las lágrimas. A mi ya me engañaron una vez y mi objetivo, como inversor de pacotilla, es intentar no repetir el error. Al menos, lo intento.
Hasta el próximo jueves. Un abrazo!