Déjate de historias! Bankia fue una inversión fabulosa
AIG y Bankia, perjudicados por la crisis financiera, fueron grandes apuestas
Hace unos días el Tribunal Supremo desestimó un recurso de accionistas minoritarios contra la absolución de 34 responsables de Bankia, acusados de delitos de estafa y falsedad contable. O lo que es lo mismo, la justicia española se reafirmó en considerar inocentes a Rodrigo Rato y todos los mandamases de la entidad, en el momento de sacarla a bolsa.
Resulta que en 2010 nadie tenía idea de que la operación se ejecutaba en plena crisis financiera. Ni, tampoco, que las cuentas del banco, estaban lejos de la realidad económica. Resulta que los ficharon como expertos y después los absolvieron, por considerarlos tan burros, que no vieron a venir nada.
Bankia fue el peor ejemplo de la última crisis financiera, que vivió España. Para los inversores iniciales de la entidad, muchos de ellos clientes, supuso una pérdida total de los ahorros. La entidad fue rescatada por el gobierno. Y, aquél maravilloso negocio, se convirtió en un chicharro que nadie quería comprar.
Aquí fue cuando empezó mi aventura. Aunque soy un inversor de pacotilla, a veces la suerte me sonríe, y esta es una de esas ocasiones. Te lo explico en detalle a continuación.
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Bankia, la más fea del parqué
Como ya expliqué un día, mi carrera profesional pasó de puntillas por el periodismo económico. Durante un verano, hice de becario en una sección de economía, dónde me encargaban distintas tareas. Una de ellas era elaborar a diario noticias breves, a partir de notas de prensa, para rellenar la última página de la sección.
Cada día buscaba cuatro o cinco noticias, de economía o bolsa. Del estilo: “El IPC sube otro 3%” o “HP presenta pérdidas anuales”. A veces me quedaba corto. Y, en cambio, otras jornadas tenía datos para rellenar hasta tres o cuatro secciones.
Era el año 2013, justo cuando el gobierno había salvado a Bankia y se estaba llevando a cabo un fuerte proceso de desmantelamiento de la entidad. Tras una inversión pública millonaria, se estaban haciendo esfuerzos para sacar dinero de todas partes.
Por otro lado, también estaban floreciendo todos los problemas que había detrás de la gestión. Había todo tipo de escándalos: tarjetas black, colocación de acciones entre clientes… Además, a Miguel Blesa lo metieron en prisión aquél mismo verano.
Ah! Y otro detalle muy importante en esta historia. Sus acciones habían vuelto a cotizar en bolsa, como títulos moribundos por las que nadie daba un duro.
Mi jefe en la sección era un tipo curioso, que se tiraba horas con un cigarro en los labios sin encender, mientras escribía y revisaba textos. Cuando yo le mostraba mis breves, se los repasaba en un momento, y en general me daba el “Ok”. Con contadas excepciones. Una de ellas, era cuando se trataba de breves relacionados con Bankia.
En el caso de esta entidad, él escogía cuál era la noticia más indicada para el perfil del diario. Entre dos tipos de informaciones, una de buena y otra mala, siempre escogía la horrorosa. Que había insultos a la directiva, salía como breve. Que Bankia vendía una participación, y hacía caja, la dejaba a un lado. O guardada en el cajón.
Si señoras y señores, ahí había un sesgo muy profundo. Debido a ello, cualquier lector del diario se quedaba con una parte de la realidad del negocio.
En cambio, esto supuso todo un toque de atención para mi y mi cartera de inversiones. Era un situación tremendamente interesante. Allí había un oportunidad. No porqué la prensa estuviera recomendando unas acciones. Sino todo lo contrario, porqué no daban ni un duro por ellas!
La fabulosa inversión en Bankia
El rescate de Bankia tenía un parecido razonable con lo que sucedía con algunas instituciones financieras al otro lado del Atlántico. El caso más parecido fue el de AIG. Este gigante de los seguros estuvo a punto de implosionar. Para evitarlo, el gobierno de los Estados Unidos la rescató. La desmanteló. Y, finalmente, puso sus acciones de nuevo en bolsa.
Por supuesto, la bienvenida a este tipo de instituciones no era calurosa. Todo lo contrario. Compañías rescatadas como AIG 0.00%↑ o General Motors GM 0.00%↑ , eran vistas con muy malos ojos. E, incluso, repudiadas como chicharros cualesquiera. Con lo que habían llegado a ser!
Vistos los parecidos razonables, escribí una tesis de inversión en Bankia, que publiqué en mi web. Era el 22 de agosto de 2013 y se sustentaba sobre distintos puntos.
Ahí va, ¿Por qué me gustaba Bankia?
Por el plan de desinversiones. El banco estaba obligado a deshacerse de algunas de las 152 participaciones en otras empresas, que tenía en cartera. Algún duro sacaría de ello, al menos para cubrir muchos gastos.
El soporte del gobierno. Tras la inyección estatal, había pocas probabilidades que la dejaran caer.
La concentración del sector. Bankia estaba a destinada a convertirse en un player importante en la formación del nuevo mercado de entidades financieras.
Contaba con el soporte de inversores institucionales. A través de Bestinver, Francisco García Paramés apostaba por el nuevo negocio. También lo hizo el el multimillonario Ram Bahvnani.
Tras tantos años de este escrito, puedo afirmar esta breve tesis es una de mis favoritas. Además, se oponía rotundamente al status quo de entonces. Nadie daba un duro! Empezando por mi entonces jefe de sección, quién estaba obsesionado en dar las peores noticias sobre la compañía.
Puedo alardear, diciendo que las acciones de Bankia se doblaron en cuestión de meses. Como había sucedido en AIG antes. Con ambas, gané un buen pellizco. Fueron algunos de mis mayores éxitos de entonces.
Tengo aventuras de pacotilla para repartir. Pero, en esta ocasión, esta historia termina con un éxito. Ya tocaba contar alguna aventurilla dónde me apunto un tanto.
Feliz jueves!